Pourchaire y la dura realidad del éxito en F2: No alcanza para llegar a F1
Esta semana el equipo de IndyCar, Arrow McLaren, inexplicablemente le dió las gracias a Theo Pourchaire, piloto al que habían anunciado por la mayor parte del resto de año, -no competiría en los óvalos-. A menos de que des pistas de ser un talento superlativo como Andrea Kimi Antonelli, Oscar Piastri, o como Max Verstappen en su momento, la dura realidad de las categorías previas a la F1 es otra. Así pues, Pourchaire se ha unido a Felipe Drugovich, el que se hiciera con el título de F2 un año antes que el francés, como campeones sin asiento titular en la F1.
La F2 y la F3 no son vías seguras a la F1
La situación de Pourchaire en Arrow McLaren puede verse como injusta, pero el francés no debió de haber estado en esa posición en absoluto, ya que un debut en la F1 este año parecía el curso natural para su carrera tras coronarse campeón de F2 la temporada pasada. Ese es el punto de las categorías antesala a la F1: sirven para propulsar el joven talento a la categoría reina. O al menos bajo esa premisa se manejan, lo que obviamente aumenta el atractivo de las mismas. Porque, después de todo, las empresas que patrocinan a los jóvenes talentos a lo largo de su travesía en las categorías junior esperan poder ver sus logos algún día en el mono del piloto o en el coche de F1 en un futuro cercano.
Sin embargo, la dura realidad es que no funciona así. Felipe Drugovich y Theo Pourchaire son los últimos nombres de una larga lista de pilotos rechazados por los equipos de F1, a pesar de haber mostrado habilidad, destreza y gallardía para competir al filo de la parrilla en F2. Mientras tanto un piloto como Oliver Bearman que no ha podido gozar de mucho éxito en ambas categorías aparentemente ya tiene un asiento asegurado en Haas para el año que viene, cuando es más que obvio que no ha logrado reunir los méritos deportivos que sus contrapartes previamente mencionados.
No son pilotos de paga, y no hay lugar para ellos en la F1
Guanyu Zhou -el piloto por el que Sauber, ahora Stake F1, que más adelante se convertirá en Audi, rechazó a Pourchaire- y Logan Sargent sí que tienen un asiento en la máxima categoría, pero no debido a su talento o a lo que han demostrado en la pista, sino a las grandes cantidades de dinero que aportan a las arcas de sus respectivos equipos, Stake F1 Team y Williams Racing.
Si bien sería factible meter a Sergio Pérez y a Lance Stroll en el mismo barco que el chino y el norteamericano, la realidad es que Pérez simplemente no puede conducir los coches Red Bull, pero en otro equipo podría brillar otra vez. El canadiense ha mejorado considerablemente su forma y ha logrado cerrar la brecha con su compañero, Fernando Alonso, en tiempos recientes.
Zhou se muestra como el menos errático, pero sigue sin mostrar los atributos necesarios para demostrar que pertenece al selecto grupo de veinte pilotos conocidos como “los mejores del mundo”. Sargeant seguramente tampoco lo es, firmando su nombre junto a una larga lista de fines de semana mediocres en la serie más relevante de monoplazas del mundo.
Ahora Pourchaire debe hacer las maletas otra vez, pero en esta ocasión a mitad de año cuando es extremadamente difícil conseguir un asiento en cualquier serie de carreras relevante, ¿Por qué? Seguramente no por falta de talento o por una baja de rendimiento, factor que no parece afectar a los pilotos protegidos por el dinero que aportan. ¿Qué sigue para Pourchaire? No figura como candidato a ningún asiento en la F1, ni siquiera se escucha que Audi lo tenga en cuenta para cuando el equipo entre a la parrilla como escudería de fábrica en el 2026. Será, con seguridad, un asiento en la IndyCar, o en la WEC el año que viene, categorías competitivas y de renombre, sí, pero no son el objetivo de Pourchaire, ni la promesa de las categorías previas a la F1.
Con la adición de cada vez más carreras en lugares que no fueron hechos para ver a coches de F1 correr, pero que tienen mucho dinero para pagar por un lugar en el calendario, y con planes de agregar más fechas sprint a la temporada de F1, es claro que el pináculo del deporte automotor es manejado cada vez más como una empresa que como una serie de carreras. ¿No tienen suficientes ingresos los equipos, que tienen que “poner a la venta” los asientos titulares a pilotos que no han mostrado tener lo que se requiere para competir en la F1? Pourchaire no es el primero, ni tampoco será el último en sufrir las consecuencias de esta situación tan penosa, y ahora mismo no hay más que hacer que apretar la mandíbula y desearle la mejor de las suertes al francés.