El tejón de miel
Daniel Ricciardo ha hecho honor a su apodo "El tejón de miel" desde que era un jovencito. Dulce y gentil al ojo, pero temible al sentirse amenazado. Desde su paso por la Fórmula Renault, Ricciardo comenzó a situarse en el mapa. En 2007, sólo Valtteri Bottas logró superarlo en el campeonato.
Un año después, el Australiano dio el salto a la Fórmula 3 británica, ganando el título al siguiente año, en el 2009, al tiempo que tuvo la primera oportunidad de sentarse en un coche de Red Bull de F1, durante una prueba designada para los pilotos jóvenes.
En esos pocos días en Jerez, el tejón de la miel superó a todos los competidores y fue contratado como piloto de pruebas y reserva de Toro Rosso (y Red Bull Racing) para la temporada 2010. Una tarea que el australiano llevaría a cabo ese año junto al neozelandés, Brendon Hartley, aunque este último fue retirado del programa de Red Bull más adelante en la temporada.
Llegada a la categoría reina
Como único piloto de pruebas que le quedaba a Toro Rosso, Ricciardo tuvo todas las oportunidades para demostrar su valía. Cada vez que se ponía al volante del coche de Toro Rosso, conseguía marcar un mejor tiempo que los más experimentados pilotos del equipo. Esos resultados no quedaron sin recompensa: Ricciardo consiguió un asiento de carreras en HRT en la temporada 2011 de Fórmula 1, aunque sólo por unas pocas carreras.
Ganar esa experiencia resultó crucial, ya que tomó un asiento en Toro Rosso un año después. Tras sopesar todas las opciones, Helmut Marko se decidió por el joven Ricciardo junto a Jean-Eric Vergne. En la carrera inaugural de esa temporada, la también carrera de casa de Ricciardo, el tejón de miel consiguió sus primeros puntos en el campeonato. Con varios finales en los puntos en su año de debut, Ricciardo se aseguró otro año en la Fórmula 1.
Hacia la cima
Con la salida de Mark Webber de Red Bull Racing a finales de 2013, dependía de Vergne y Ricciardo demostrar quién era el mejor candidato para ocupar el puesto junto a Sebastian Vettel. Ricciardo aprovechó al máximo la oportunidad y se le permitió ascender, mientras que Vergne cayó en una espiral negativa que le vería salir del equipo al poco tiempo.
En el ‘14, Ricciardo subió por primera vez al escalón más alto del podio, cuando el australiano se hizo con la victoria en Canadá. Más adelante en la temporada, también se llevó la victoria en Hungría, poniendo a su compañero de equipo, y cuatro veces campeón del mundo, Vettel a su sombra. Al final de la temporada, Vettel se marchó a Ferrari y el, en ese entonces, joven talento de Red Bull, Daniil Kvyat, pasó a sentarse junto a Ricciardo.
El RB11 no solo tuvo que superar a Ferrari y Mercedes en 2015, sino que Williams también resultó ser un hueso duro de roer para el equipo austriaco. La unidad de potencia de Renault acusó fallas de fiabilidad con regularidad, al mismo tiempo que a Kvyat también le llovieron críticas. Sin embargo, el dúo Ricciardo-Kvyat se mantuvo intacto para el inicio de 2016, aunque solo durante algunas carreras.
Desafiado por Max Verstappen
Después de cuatro carreras en el ‘16, se hicieron cambios: Daniil Kvyat fue sustituido por el piloto de Toro Rosso, Max Verstappen, y el holandés ocupó el recién vacante asiento de su contraparte rusa en el RB12 en Barcelona. Una carrera que el entonces joven talento de 18 años ganaría, obligando a Daniel Ricciardo a luchar para demostrar que él debería ser el uno en Red Bull.
Sebastian Vettel fue derrotado con facilidad, al igual que Kvyat. Pero, Verstappen era de una madera distinta y consiguió acercarse extremadamente rápido a su compañero de equipo en su primera temporada. La diferencia fue de solo 52 puntos al final de la temporada, a pesar de que Verstappen condujo las cuatro carreras iniciales para Toro Rosso.
En el 2017, Ricciardo y Verstappen estuvieron igualados, pero el RB13 demostró ser de todo menos fiable. En la primera mitad de la temporada, fue Verstappen quien recibió una cadena de DNFs a su nombre; después del parón veraniego, la bola de la mala suerte vino a sentarse en el hombro de Ricciardo. A pesar de todas las desgracias, Ricciardo se las arregló para ganar en Bakú y terminó en el podio un total de ocho veces.
Esto llegó a su fin en el 2018. A pesar de un buen comienzo de temporada, el destino golpea extrañamente rápido a Ricciardo. En ocho ocasiones, el australiano no llegó a la meta, y solo una de ellas se debió a un accidente que quizá podría haberse evitado. Cuando, además, Red Bull anunció durante la temporada que cambiaría a motores Honda a partir del 2019, Ricciardo se dedicó a buscar una nueva casa en el paddock.
La “huída” a Renault
Max Verstappen tenía las mejores perspectivas de futuro dentro del equipo y el motor Honda no parecía ser muy fiable, ni potente en ese momento. Al comienzo del parón veraniego, el múltiple ganador de Grandes Premios llega con una decisión: "Me cambio a Renault en 2019".
No resultó ser un golpe maestro. Renault empezó de forma razonablemente positiva como "el mejor del resto", pero pronto la habladuría de campeonatos y victorias resultó ser nada más que humo y espejos. Incluso el equipo cliente McLaren tiene un mejor rendimiento y Ricciardo parece asegurarse cada vez más de haber elegido la opción equivocada.
Tras un quinto puesto entre los constructores en 2019, 2020 no parece empezar mucho mejor para Ricciardo. Además, su compañero de equipo, Nico Hulkenberg, ha sido sustituido por Esteban Ocon y el de Perth tendrá que una vez más luchar para establecerse dentro del equipo. En la segunda mitad de la temporada, tuvo éxito más a menudo y fue recompensado con dos podios.
Ricciardo eclipsado por Norris en McLaren
Esos podios le vinieron bien y terminó en un pulcro quinto puesto en la lucha por el título mundial. Sin embargo, la decisión de pilotar para McLaren en 2021 ya estaba tomada, y Ricciardo se unió al joven Lando Norris en el equipo de Woking. McLaren también cambió a motores Mercedes.
El nuevo comienzo en McLaren fue más duro de lo esperado para Ricciardo. En la primera mitad de la temporada se vio eclipsado por Norris, que cambió drásticamente su planteamiento en las carreras. Sin embargo, fue el australiano quien ganó el Gran Premio de Italia aprovechando el choque entre Lewis Hamilton y Max Verstappen. Desde entonces, Ricciardo siguió progresando lo suficiente como para afrontar el 2022 con buenas sensaciones.
Daniel Ricciardo en el 2024
El ‘22 fue una catástrofe para el australiano. A mitad de temporada el equipo de Woking anunció la rescisión de su contrato y su reemplazo, su compatriota, Oscar Piastri. Al finalizar la temporada, Ricciardo firmó un acuerdo con Red Bull para ser su piloto reserva. Esto desembocó en un asiento en AlphaTauri en el 2023, cuando durante unas pruebas Pirelli en Silverstone el martes después del GP Británico, Ricciardo firmó un tiempo suficientemente bueno para situarse en la primera fila. Helmut Marko tomó la decisión de reemplazar a Nyck de Vries al punto.
El australiano corrió con más mala suerte en el GP Holandés al fracturarse la mano intentando esquivar el auto accidentado de Piastri. Ironías de la vida. En su regreso, Ricciardo pudo firmar carreras sólidas con gran ritmo y adaptabilidad. No es secreto que el “tejón de miel” quiere el asiento de Sergio Pérez. Este ‘24 será la oportunidad perfecta para presentarle su caso a la gerencia donde realmente importa: en la pista.