¿Los títulos de Verstappen valen menos? Prost debería recordar los suyos

Column

Crítica del valor que Alain Prost da a los títulos de Max Verstappen en F1
14 de abril en 15:45

    El francés a menudo es elogiado como uno de los mejores de todos los tiempos, por lo tanto cuando habla, el mundo escucha. Sin embargo, sus últimas declaraciones con respecto al éxito de Max Verstappen son ilógicas, en particular viniendo del francés. Los títulos de Verstappen valen más de lo que el francés piensa.

    1989: Polémica de Suzuka

    No es secreto que Alain Prost fue un gran piloto en su momento. También es bien sabido que el francés siempre intentó asegurar su superioridad fuera de la pista. En 1989, Ayrton Senna, némesis de Prost, estaba en increíble forma. Todas las carreras que terminó, las ganó, y tan sólo en una ocasión quedó P2 -un incidente en la primera vuelta en el Gran Premio de Brasil le hizo terminar P11 a dos vueltas del líder-. ¿Las carreras que abandonó? Iba liderando el pelotón o en posición de podio.

    Sin embargo, en Suzuka todo se torció. Senna debía ganar la carrera para mantener vivas sus posibilidades de ser campeón. Prost lideraba, el astro brasileño había remontado hasta el segundo lugar y entrando al triángulo de Casio, Senna le ganó la línea interior a Prost tras lo cual se produjo un polémico accidente. De hecho, Prost fue acusado por varios sectores de los medios de girar en contra de Senna deliberadamente, cosa que el francés desestimó blandiendo sus tres títulos como defensa.

    Posterior al incidente, el en ese entonces saliente piloto de McLaren en dirección a Ferrari, fue famosamente grabado por las cámaras de televisión mientras corría en dirección a la sala de los comisarios, en la cual, bajo presión del presidente de FISA, -que luego se convertiría en la FIA- Jean Marie Balestre, la dirección de carrera inventaría un pretexto -no completar la distancia total de carrera al tomar la vía de escape- para descalificar a Senna, regalándole así su tercer título a Prost. 

    Ron Dennis, el jefe de equipo de McLaren en ese momento, tiempo después en rueda de prensa ante los medios recabó y expuso evidencia de pilotos que habían hecho la misma acción que Senna hizo en el triángulo de Casio, sin recibir penalización alguna, exhibiendo así un peligroso doble estándar del organismo rector. Además, en el briefing de pilotos del año siguiente, otro archirrival del brasileño, su compatriota, Nelson Piquet, afirmó que la acción de Senna había sido la correcta, porque la alternativa era ir en contraflujo del tráfico, lo cual, obviamente, era terriblemente peligroso.

    1992: Prost veta a Senna y a Mansell de Williams

    Antes de que Honda anunciara su salida del deporte, el motorista japonés en 1991 se había comprometido con Senna de que permanecería en la F1, motivo por el cual el brasileño se decantó por quedarse en McLaren en lugar de irse a Williams. La relación entre Honda y Senna era una de gran lealtad. Sin embargo, los japoneses apenas al siguente año, en 1992, declararían su salida de la categoría. Ese mismo año Nigel Mansell ganaría el campeonato de manera aplastante para Williams Renault. No obstante, inexplicablemente el británico corría peligro de quedarse sin butaca en la categoría.

    Senna, también buscaba de manera incesante un lugar en el equipo con base en Grove. Su amigo, ex campeón del mundo y en ese entonces compañero de Murray Walker en la cabina de narración, James Hunt, en la transmisión del Gran Premio de Hungría anunció que el astro brasileño se ofrecía a correr para Williams sin cobrar sueldo alguno. Esta oportunidad lejos de ser bienvenida con brazos abiertos por el equipo, también fue rechazada.

    ¿La razón detrás de la negativa de Williams de renovar a Mansell o de firmar a Senna? Luego de ser despedido por Ferrari en 1991 y verse obligado a pasar el año siguiente al márgen por falta de asiento, Prost había apelado a Renault, proveedor de motores de Williams en esos años, para conseguir un asiento ahí. Pero, además de eso, usando su palanca con el motorista, impuso vetos sobre el equipo británico: No podían firmar a Mansell, ni a Senna como sus compañeros de equipo. 

    En las entrevistas post carrera del Gran Premio de Estoril de 1992, Senna llamó a Prost cobarde citando el veto como evidencia: "La manera en la que lo está haciendo [regresar a la F1], él se está comportando como un cobarde. Si él quiere comportarse deportivamente, él debe estar preparado para correr con quién sea, en cualquier condición, bajo términos iguales. Y ahora en la manera en la que él quiere ganar el Campeonato, todo ha sido puesto para él antes del inicio. Es como si corrieras una carrera de 100m planos y tú quieres tener zapatillas para correr, y que todos los demás tengan zapatos de plomo. Esa es la manera en la que quiere ir a correr. Eso no es correr. Esto es malo para todos. Y eso es todo”. Mansell, ganador de esa carrera, y Berger, tercero, ambos apoyaron las declaraciones de Senna. 

    Al siguiente año, Prost se proclamó campeón por cuarta y última vez, en unas “zapatillas para correr” Williams Renault. Si al caso vamos, de los cuatro títulos que ostenta el francés, sólo uno de ellos fue conseguido en medio de una lucha deportiva. Después de dominar en 1985, Prost estuvo enfrascado en una lucha por el campeonato hasta la última carrera con Mansell y Piquet, cuando el británico y el brasileño defendían los colores de Williams, en ese entonces motorizado por Honda. En Adelaida, la última ronda del Mundial de F1 de ese año, el francés ganó el título luego de que la llanta trasera izquierda de Mansell explotara repentinamente en la vuelta 63, y consecuentemente Williams llamara a Piquet a boxes para un cambio preventivo de llantas que le costaría la posición en pista y en definitiva el título.

    Los títulos de Verstappen valen, ¿Más que los de Prost?

    Max Verstappen es un talento superlativo. Venció a Lewis Hamilton a lo largo de una de las temporadas más luchadas, y largas, en la historia de la Fórmula 1, con constancia, frialdad y desplegando un nivel de talento impresionante. En 2022, el neerlandés tomó su RB18 a superficies más elevadas, ganando 15 carreras y sellando su segundo título en el mismo coche en el que su compañero, Sergio Pérez, sólo pudo ser tercero. Al año siguiente, en 2023, Verstappen rompió la estratósfera del límite posible vislumbrado por analistas y fanáticos por igual al ganar 19 Grandes Premios, vencer a su compañero por casi 300 puntos y adjudicarse su tercer título de la manera más dominante de la historia, registrando cifras que batieron récords de hasta hace siete décadas, que nadie pensó que podrían ser rotos. 

    El que piense que el neerlandés solo tiene conducciones dominicales está seriamente errado. Él compite contra los mejores, y si los equipos rivales no pueden acercarse a Red Bull Racing, entonces compite contra sí mismo. Constantemente buscando ser más rápido, más contundente, llegando a rozar por momentos la perfección. Sin necesidad de veto alguno, o de injerencia por parte del organismo rector -el 2021 fue una debacle reglamentaria de principio a fin que en algunos casos benefició y perjudicó tanto a Hamilton como a Verstappen-, el neerlandés ha vencido a pulso a todos, incluyéndose a sí mismo y a lo que ha sido capaz de lograr año con año.

    Mientras Prost ganó un par de campeonatos en los escritorios y usando la política para evitarse la competencia, Verstappen se ha adjudicado todos sus títulos donde cuenta, en la pista. ¿En realidad valen menos los campeonatos del neerlandés? ¿O son algunos de los del francés los que carecen del máximo valor deportivo? Cada quién podrá juzgar el de Jacky Stewart en el ‘69, o el de Emerson Fittipaldi en el ‘72, o el de Niki Lauda en el ‘85, e incluso el de Senna en el ‘88 como más valioso en lo personal, pero en los registros históricos no hay un título más preciado que otro. Todos valen lo mismo.